CONCESIONARIOS

Las cuentas de resultados de los concesionarios registraron una rentabilidad del 1% hasta septiembre, frente al 1,5% del mismo periodo del año pasado, siendo el peor dato de los últimos cinco años. De esta forma, las previsiones apuntan a que cerrarán 2019 en el 1,2%, frente al 1,7% de 2018, según el Informe Rentabilidad de las Redes de Distribución elaborado por Snap On para GANVAM.

GANVAM atribuye esta caída de resultados, principalmente, al retroceso de las matriculaciones, que hasta septiembre acumulaban un descenso global del 7,4%, lastradas sobre todo por la bajada de las compras de particulares (-12,9%), que son las que aportan la rentabilidad a las redes de distribución.

De hecho, en un análisis por áreas de actividad, las ventas de vehículos aportaron el 52% de la rentabilidad al concesionario hasta septiembre, lo que supone cuatro puntos porcentuales menos que el año pasado y una reducción del 6,1% en el margen bruto. Este descenso de las ventas, unido a una subida del gasto como consecuencia de las inversiones que están acometiendo los concesionarios para adaptarse a la digitalización, ha hecho mella en los resultados.

Un mayor aporte de la posventa

La posventa, por su parte, aportó el 48% de la rentabilidad al concesionario hasta septiembre, frente al 44% del año pasado, principalmente por la mejora de resultados del departamento de recambios (cuatro puntos porcentuales más), en contraste con la tendencia a la baja de las operaciones de mecánica y carrocería como consecuencia de un parque envejecido, que supera los 12 años de antigüedad media. Concretamente, cuando más antiguo es el coche menos pasa por el taller y sus operaciones son de menor cuantía.

En cuanto a la aportación a la facturación, lo cierto es que la posventa sólo dejó el 16% de los ingresos del concesionario, un punto más que un año antes. Las ventas, por su parte, representaron el 84% del volumen total de negocio, frente al 85% de un año antes.

En opinión del presidente de GANVAM, Raúl Palacios, “hace falta una estrategia clara y bien fundamentada por parte de la Administración en relación a la automoción o la movilidad, como la quieran llamar. El usuario ahora mismo no sabe qué comprar y eso pasa factura a las redes de distribución en un momento en el que además tenemos que acometer inversiones para adaptarnos a un nuevo contexto marcado por la digitalización”.