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Stefan Asenkerschbaumer, CFO y vicepresidente del Consejo de Administración de Bosch (izquierda), junto a Volkmar Denner, presidente del Consejo de Administración del grupo.

El Grupo Bosch facturó el pasado año por valor de 77.900 millones de euros —una cifra similar a la del ejercicio 2018—, y mantuvo su nivel de ventas a pesar de la debilidad económica de la industria de automoción. Sin embargo, después de ajustar los efectos del tipo de cambio, las ventas del grupo industrial alemán cayeron un 1,1%.

A 31 de diciembre de 2019, el Grupo Bosch empleaba a nivel global a unos 403.000 trabajadores. La plantilla disminuyó en 6.800 personas, el 1,7%, y los principales cambios ocurrieron en China y Alemania.

“Una economía débil y la fuerte caída en la producción de automóviles dejaron su huella también en Bosch. A la vista de los desafíos actuales, la amplia diversificación de la compañía está teniendo un efecto estabilizador, que ayuda tanto a expandir los negocios existentes como a desarrollar otros nuevos. A pesar de la difícil situación económica, seguimos invirtiendo en áreas de crecimiento importantes”, señaló Volkmar Denner, presidente del Consejo de Administración de Robert Bosch GmbH, durante la presentación de las cifras provisionales del grupo.

Bosch cerró el año con una facturación de 77.900 millones de euros y con 403.000 empleados a nivel global.

En el ejercicio económico de 2019, los beneficios antes de intereses e impuestos (EBIT) alcanzaron unos 3.000 millones de euros. Esto sitúa el margen EBIT estimado en poco menos del 4%. Este resultado se ha visto afectado por la desaceleración de la producción automovilística, particularmente en los mercados clave de China y la India, la continuada reducción de la cuota de motorización diésel en automóviles, los altos costes de reestructuración (particularmente en el segmento de la movilidad) y el aumento de las inversiones anticipadas en proyectos de futura importancia.

“El año actual sigue siendo un desafío para muchas empresas, especialmente de la industria de automoción, y, por lo tanto, también para Bosch”, dijo Stefan Asenkerschbaumer, CFO y vicepresidente del Consejo de Administración de Bosch. “No obstante, en las áreas y regiones que son importantes para nosotros, queremos crecer en 2020, una vez más, por encima de los mercados”, agregó, advirtiendo que Bosch tendrá que seguir trabajando rigurosamente en su rentabilidad y ajustar su capacidad productiva.

 

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Movilidad del futuro: los retos del cambio

Bosch tiene una visión clara sobre el futuro de la movilidad y sobre cómo tener éxito en el camino hacia las alternativas. “La movilidad del mañana no solo será electrificada y automatizada, sino también conectada y personalizada”, dijo Denner, y agregó que, debido a su diversificada cartera, Bosch está mejor preparada que casi cualquier otra empresa para los diversos escenarios y desarrollos.

No obstante, advirtió que el camino hacia la movilidad del futuro presenta algunos desafíos importantes para la industria de automoción. Primero, los argumentos irracionales sobre el automóvil han impedido un debate sensato y matizado sobre el tráfico. En segundo lugar, la industria necesita más tiempo para gestionar la transición. Como Denner enfatizó: “Particularmente, cuando se trata de empleos, un proceso tan fundamental como la transición hacia la electromovilidad, no se puede lograr de la noche a la mañana”. Tercero, la situación económica está agravando la necesidad de un cambio estructural en la industria.

Bosch espera que la producción de automóviles disminuya un 2,6% en el ejercicio 2020.

Bosch espera que la producción automovilística mundial se reduzca en 2020 por tercer año consecutivo. Para este año, la compañía pronostica una nueva disminución del 2,6%, hasta unos 89 millones de vehículos en todo el mundo, casi 10 millones menos que en 2017. Bosch prevé que este nivel se mantenga constante en los próximos años, y no anticipa ningún aumento de la producción mundial antes de 2025.

La compañía tiene la intención de adaptar sus estructuras de costes y mano de obra a estos dramáticos cambios y a la sobrecapacidad en la industria, de la manera más socialmente aceptable posible. “Ya hemos llegado a acuerdos con nuestros interlocutores sociales en localizaciones importantes como Bamberg, Schwieberdingen y Stuttgart-Feuerbach”, señaló Denner. El objetivo es adoptar un enfoque que conserve las oportunidades de crecimiento individual en las localizaciones y que retenga a tantos colaboradores —y sus habilidades— como sea posible.

Movilidad del futuro: oportunidades de negocio para Bosch

 “El cambio hacia la movilidad alternativa no será el final de la movilidad y, ciertamente, no será el final del automóvil”, dijo Denner, agregando que Bosch está todavía bien posicionada en su camino para ser un proveedor líder de soluciones de movilidad. “El cambio fundamental en la industria automotriz ofrece grandes oportunidades para Bosch”. Esto incluye la creciente demanda de movilidad en el futuro.

Según el Foro Internacional del Transporte (ITF), la movilidad personal aumentará en casi un 50% en todo el mundo entre 2015 y 2030. “En el futuro próximo, el automóvil seguirá siendo el medio de transporte número uno y tiene excelentes perspectivas de convertirse en un medio aún más seguro, cómodo y ecológico”, dijo Denner. Las nuevas tecnologías como el Internet of Things (IoT), la inteligencia artificial (AI) y la pila de combustible también adelantarán el tránsito hacia una movilidad alternativa. Como líder tecnológico, Bosch espera beneficiarse de su temprana entrada en estas áreas de desarrollo.

Al mismo tiempo, los nuevos fabricantes de automóviles en el mercado de la movilidad eléctrica requieren, cada vez más, soluciones completas, en lugar de componentes. “Para nosotros, como proveedor de servicios completos, más negocio de sistemas significa un potencial de ventas de miles de millones”, dijo Denner.

En el futuro, Bosch también se beneficiará de la tendencia hacia una mayor electrónica y software. La compañía estima que el mercado de sistemas electrónicos intensivos en software crecerá un 20% anual hasta el 2030. Bosch invierte unos 3.700 millones de euros anuales en desarrollo de software y emplea, hoy en día, a 30.000 ingenieros de software.

 

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