Campaña de bujías “Todo comienza con Bosch”

921

Bosch Automotive Aftermarket ha lanzado la campaña  “Todo comienza con Bosch”. Con esta iniciativa la compañía quiere recordar las características y beneficios de sus bujías, tras 120 años de historia. Bosch lanzó al mercado su primera bujía en el año 1902.

En el marco de la campaña “Todo comienza con Bosch”, la división ha publicado un nuevo vídeo explicativo en su canal de YouTube. En el mismo pone de manifiesto las principales características de las bujías Bosch.

 

 

“Los motores actuales deben responder a exigencias cada vez mayores, puesto que son valorados en función de factores tales como el ahorro de combustible, las bajas emisiones de CO2 y el placer de la conducción. Esto supone que los fabricantes de vehículos tengan que confiar en unas bujías de alta calidad, fiabilidad y rendimiento para el equipamiento original. Además, las tecnologías más innovadoras en bujías, que se implementan primero en el equipo original, son perfeccionadas, a continuación, para los talleres y la venta minorista”, explican desde la compañía.

Bujías Bosch: una cobertura del 90% del parque mundial

Con una cobertura del 90% del mercado mundial, Bosch suministra bujías para casi cualquier vehículo, adaptadas a los requisitos específicos de su motor. La gama debe su alta fiabilidad y su larga vida útil al uso en sus procesos de producción de tecnologías como el montaje termorretráctil o los recubrimientos niquelados en bujías y roscas.

Las bujías deben funcionar siempre con total seguridad en el compartimento del motor. Incluso en situaciones extremas, deben detonar de manera segura la mezcla aire combustible bajo todas las condiciones de funcionamiento. No es una tarea fácil debido a las diversas cargas a las que la bujía está expuesta:

  • Eléctricas: para hacer frente a tensiones de hasta 45.000 voltios y temperaturas en la cámara de combustión de más de 2.000 grados Celsius, es imprescindible un aislamiento fiable de la bujía.
  • Mecánicas: las bujías también tienen que ser mecánicamente robustas para poder soportar presiones variables de hasta 140 bar.
  • Químicas y térmicas: las bujías deben ser resistentes a las sustancias químicas agresivas y a los residuos de la combustión con temperaturas de hasta 2.000 grados Celsius. También por las grandes diferencias de temperatura entre los gases de escape calientes y la mezcla fría de combustible y aire.